Al atardecer en la costa de Caparica, diríjase a los acantilados para observar un increíble espectáculo natural. Al atardecer, los fósiles de formas únicas de las paredes rocosas brillan con destellos dorados. La erosión durante miles de años ha esculpido los estratos revelando pruebas de la existencia de vida que datan desde el Plioceno. Pero no todas las maravillas de la zona están fosilizadas. No deje de observar las águilas y los búhos que anidan en la pared rocosa. Y, desde lo alto, admire las majestuosas vistas de algunas de las mejores playas de la región.
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