El alojamiento siempre es una pieza fundamental en el puzle de un viaje, pero cuando hablamos de una escapada calmada y con mucha paz, adquiere una importancia mayor. Lo recomendable en estos casos es pensar en un hotel con spa en Bilbao, céntrico, moderno y confortable. Con estas características solo podemos hablar del hotel Mercure Bilbao Jardines de Albia, ubicado junto a la estación de Abando y muy cerca del museo Guggenheim. Precisamente por uno de los espacios culturales más sorprendentes y reconocidos de Europa vamos a comenzar esta lista de propuestas que hacer en Bilbao para regresar a la rutina con fuerzas renovadas.
Al Guggenheim hay que admirarlo doblemente, tanto por su contenedor como por su contenido. Los amantes del arte contemporáneo encontrarán numerosas exposiciones temporales y otras permanentes para recorrer la genial creación del arquitecto Frank O. Gehry de una manera pausada. El arte relaja, cautiva y evoca. Tres motivos más que suficientes para que el museo bilbaíno forme parte de un plan de relax con aliciente cultural.
Nada más salir del Guggenheim nos espera la cara de Bilbao más moderna y cosmopolita. La ría del Nervión, símbolo de la etapa industrial de la ciudad, es hoy la arteria que vertebra un recorrido verde y accesible. Ya sea caminando o en bicicleta, un paseo por la línea divisoria entre el Casco Viejo y el ensanche bilbaíno es una experiencia fundamental. En ese recorrido no hará falta desviarse mucho para conocer el pulmón verde por excelencia de la ciudad, el parque de Doña Casilda. Adentrarse en su frondosidad para pasear a cámara lenta o, simplemente recostarse en el césped a contemplar el entorno, es un soplo de vida que es capaz de calmar hasta al viajero más nervioso e inquieto.
Después de todo esto, lo normal es que el cuerpo y la mente alcancen un estado de bienestar absoluto. No obstante, podemos ponerle unas cuantas dosis más de relax aún. Bilbao se caracteriza por contar con un buen puñado de propuestas afterwork muy interesantes. Una de ellas es la Terraza Yandiola (plaza Arrikibar, 4) donde tomar una copa con unas vistas de cine. El Campo Volantín y lugares como The Boar es otro enclave para ir cerrando la jornada con una buena conversión entre notas musicales y tonos relajados.
Bilbao es gastronomía y el buen yantar también proporciona calma. La ciudad cuenta con cinco restaurantes con estrellas Michelin (Etxanobe, Mina, Nerua, Zarate y Zortziko). Todos ellos son ejemplos de la excelencia de la siempre reconocida y admirada gastronomía vasca, donde destacan unos ingredientes de primera calidad y la creatividad de unos chefs que son auténticos artistas de los fogones.
Después de un día con toda esta retahíla de “emociones fuertes” a la par que relajadas, parece que nada mejor puede poner la guinda al pastel. Se equivocan. Alojarse en el hotel Mercure Bilbao Jardines de Albia brinda la oportunidad de concluir la jornada en su moderno spa o someterse a alguno de los tratamientos que ofrece. Si aún quedaba algún atisbo de tensión, de esta manera pasará a mejor vida para regresar de Bilbao con la sensación de que la desconexión total es posible.